Leer Porciones de Vida, ha sido para mí como permitir que, día a día, Dios me tome de la mano y me recuerde que Él va conmigo en cada paso. Cada devocional me invita a detenerme, a reflexionar y a volver a la fuente. A recordar que Dios es mi porción para todo, en todo y por todo. A través de diferentes temas que reflejan tantas etapas y procesos de la vida, este libro me ha hecho ver cómo Su palabra está presente en cada uno de ellos. Ha sido un viaje espiritual que me recuerda que nada es casualidad; cada momento forma parte del proceso en el que Dios me moldea, me guía y trabaja conmigo. Para mí, este libro se ha convertido en un espacio diario de paz, fortaleza y reflexión. Me recuerda que no importa lo que esté enfrentando, Dios está conmigo, guiándome, obrando en cada detalle. Es un devocional hermoso que te anima a no rendirte, a avanzar con fe y a conquistar de la mano de Dios.

Coach Daila Rodríguez

Amé leer el devocional cada día. Sentía que era Dios hablándome en cada instante, dándome las palabras exactas que necesitaba en ese momento. Había una expectativa hermosa de esperar lo que podría leer al siguiente día, y en los momentos de más debilidad encontré en sus páginas la fuerza que tanto necesitaba. Doriel tiene un don especial para llegar al lector y dejarse usar por Dios de una manera tan poderos. El libro no es solo lectura, es un abrazo y un recordatorio de que nunca caminamos solos. Lo recomiendo de todo corazón. 

Rebeca Martínez de Petit Delite

Porciones de Vida no es simplemente un devocional; es un abrazo en forma de palabra. Doriel Pagán convierte su experiencia de vida y sus gestos más íntimos —esas notitas que escribía a sus hijos para guiarlos, alentarlos y recordarles su valor— en 120 días de inspiración y aprendizaje para todo aquel que necesite una voz de aliento en medio de la rutina o la adversidad. Cada reflexión es una semilla de fortaleza. Con un lenguaje sencillo, pero profundamente humano, la autora invita al lector a reencontrarse con su esencia, a creer en su propósito y a recordar que rendirse no es una opción. Sus “porciones” son pequeñas dosis de fe, resiliencia y amor propio que nos devuelven la esperanza incluso en los días grises. Es un devocional que toca, sana y transforma. Perfecto para comenzar el día con propósito, cerrar la noche con paz o recordar —en cualquier momento— que siempre hay una nueva oportunidad para florecer.

Wanda Rivera